miércoles, 6 de agosto de 2008

CARAS Y CARETAS

En vísperas del asalto de cada aldea, el requerimiento de obedienca explicaba a los indios que Dios había venido al mundo y que había dejado en su lugar a San Pedro y que San Pedro tenía por sucesor al Santo Padre y que el Santo Padre había hecho merced a la Reina de Castilla de toda esta tierra y que por eso debían irse de aquí o pagar tributo en oro y que en caso de negativa o demora se les haría guerra y ellos serían convertidos en esclavos y también sus mujeres y sus hijos.
Este requerimiento se leía en el monte, en plena noche, en lengua castellana y sin intérprte, en presencia del notario y ningún indio.

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