viernes, 26 de septiembre de 2008

PRENDAS TIPICAS

América del Sur era el mercado que siempre deciía que sí.
Aquí se daba la bienvenida a todo lo que de Inglaterra venía.
Brasil compraba patines para hielo. Bolivia, sombreros de copa y sombreros hongos que ahora son prendas típicas de sus mujeres indígenas.
Y la prenda típica de los jinetes pastores de Argentina y de Uruguay, infaltable en las Fiestas de Tradición, había sido fabricada por la industria textil británica para el ejército turco. Cuando a guerra de Crimea concluyó, los mercaderes ingleses derivaron al río de la Plata sus miles y miles de bombachudos sobrantes, que se convirtieron en la bombacha gaucha.
Una década después, Inglaterra vistió con esos uniformes turcos a las tropas brasileñas, argentinas y uruguayas que le hicieron el mandado de exterminar a Paraguay.

A BOLIVIA LA BORRARON DEL MAPA

Una noche de 1867, el embajador del Brasil prendio al pecho del dictador de Bolivia, Mariano Melgarejo, la Gran Cruz de la Orden Imperial del Crucero Melgarejo tenía la costumbre de obsequiar pedazos de país a cambio de condecoraciones o caballos. aquela noche se le saltaron las lágrimas y ahí nomás regaló al embajador sesenta y cinco mil kilómetros cuadrados de selva boliviana rica en caucho. Con ese regalo, y doscientos mil kilómetros cuadrados más de selva conquistada por guerra, Brasil se quedó con los árboles que lloraban goma para el mercado mundial.
En 1884, Bolivia perdió otra guerra,, esta vez contra Chile. la llamaron Guerra del Pacífico, pero fue la Guerra del Salitre. El salitre, vasta alfombra de brillante blancura, era el más codiciado fertilizante de la agricultura europea y un ingrediente importante de la industria militar. El empresario inglés Jhon Thomas North, que en las fiestas se disfrazaba de Enrique VIII, devoró todo el salitre que había sido de Perú y Bolivia. Chile ganó la guerra y él la cobró. Perú perdió mucho y también perdió mucho Bolivia, que quedó sin salida al mar, sin cuatrocientos kilómetros de costa, sin cuatro puertos, sin siete caletas y sin ciento veinte mil kilómetros cuadrados de desiertos ricos en salitre.
Pero este país tanta veces mutilado no fue oficialmente borrado del mapa hasta que ocurrió un incidente diplomático en la ciudad de La Paz.
Puede que sí, puede que no. Muchas veces me lo contaron, y así lo cuento: Melgarejo, el dictador borracho, dio la bienvenida al representante de Inglaterra ofreciéndole un baso de chicha, el maíz fermentado que era y es la bebida nacional. El diplomático agradeció y elogió las virtudes de la chicha, pero dijo que prefería chocolate. entonces el presidente lo convidó, amablemente, con una enorme tinaja llena de chocolate. Toda la noche pasó el embajador, prisionero, obligado a beber este castigo hasta la última gota, y al amanecer fue paseado en burro, montado al revés, por las calles de la ciudad.
Cuando la reina Victoria se enteró del asunto, en su palacio de Buckingham, mandó traer un mapamundi.Preguntó dónde diablos quedaba Bolivia,, tachó el país con una cruz de tiza y sentenció:
-Bolivia no existe.